Para cualquier aficionado a la
heráldica decente (perdón por la redundancia) es siempre un motivo de
satisfacción que aún en el siglo XXI, y según ha sido costumbre multisecular en
estos reinos, se adopten armas nuevas.
Se expondrán a continuación, redactados por él mismo, tanto el blasonamiento, como los motivos que
han conducido a la elección de los
diferentes muebles que pueblan el escudo que ha asumido como propio don Antonio
Salmerón, súbdito del rey de España y vecino de la ciudad capital de estos
reinos.
BLASÓN:
Armas de don
Antonio Salmerón:
Escudo cuartelado. Primero: en campo de sable, una letra «o»
de oro; segundo y tercero: en campo de oro, dos lobos de sable, pasantes y
puestos en palo; y cuarto: en campo de sable, un «XI» romano de oro.
Al timbre un
burelete de oro y sable sumado de una cruz de Borgoña de gules cargada de tres
libros abiertos, uno en jefe y dos en punta, de tapas de sable, guardas de
gules, filos de oro y hojas de plata cargadas, cada una, con dos guarismos de
azur puestos en palo.
Por soportes dos
unicornios saltantes en plata.
Acoladas dos
ramas de laurel de plata afrutadas de gules.
Por divisa, en
una lista de azur bordeada de oro, «In principio erat Verbum» en letras de
plata.
SIMBOLOGÍA:
Los esmaltes usados oro, plata, sable, gules y azur
hacen referencia a la Cruz de Primera Clase de Beneficencia de mi bisabuelo paterno.
La estructura
interna del escudo, sus proporciones y armonías, se han escogido en honor a mi
tía que me enseñó arte.
La «o» del primer
cuartel simboliza los conceptos de objetivo y de optimización y el «XI» del cuarto
figura la noción de esfuerzo más allá del máximo 10. Unidos dan nombre a una
clase de especial de operaciones que cada cierto tiempo acometo. Elegí letras
por mi dedicación a la edición técnica y de tipo románico porque los
manuscritos miniados están en la raíz de mi forma de trazar con tinta.
Los lobos de
sable pasantes figuran a mi familia paterna. Los del segundo cuartel recuerdan
a mi abuelo mirando al objetivo. Los del tercero a mi padre excediendo al XI. Entre ambos espero
mi equilibrio.
Mi formación
primaria es informática. En el timbre en ceros y unos aparece escrito, en Ascii
reducido, el nombre de mi mujer sobre 3 libros que aluden a mis 3 hijas, a las
que el conocimiento será mi mejor legado por consejo de mi suegro.
La Cruz de
Borgoña representa a España, el espíritu de nuestros Tercios y el crecerse ante
el castigo, actitud natural que me esfuerzo por conservar en mí mismo y que
tanta gracia le hacía al que fue mi tutor.
La plata de la
ornamentación encarna a mi familia materna y los negocios que he de cuidar. En
especial el laurel, símbolo del triunfo, con sus hojas de plata, las preferidas
de mi madre, y que se muestran afrutadas de gules pues en el jardín de mi infancia entonces yo cuidaba de las grosellas.
Los unicornios son animales fantásticos capaces de vencer a otros más poderosos. Se disponen saltantes ya que, a menudo, mi forma de hacerlo es saltando sus defensas cuando se esperaba el choque directo.
Los unicornios son animales fantásticos capaces de vencer a otros más poderosos. Se disponen saltantes ya que, a menudo, mi forma de hacerlo es saltando sus defensas cuando se esperaba el choque directo.
La divisa exhibe las
cuatro primeras palabras del Evangelio de San Juan. Resumen mi concepción de
Dios desde la teoría de la información «En principio fue la Palabra».