Mi amigo el maestro don Xavier Garcia hace en su imprescindible blog burla con mucha gracia del reino del
Maestrazgo. Y tiene toda la razón, por supuesto.
El reino del Maestrazgo no es
más que una parodia que intenta ser divertida. Supongo que sin conseguirlo.
Y es que es tan serio y tan
creíble como algunos otros reinos y órdenes que pueblan estos lares virtuales y
que han dado lugar a millones de pulsaciones reflejadas en sesudos textos que
habitan en la red.
Como si de las parábolas del Maestro que nos han trasmitido las escrituras se tratara propongo un repaso:
Como si de las parábolas del Maestro que nos han trasmitido las escrituras se tratara propongo un repaso:
El reino del Maestrazgo posee
la misma credibilidad que un imaginario reino que fuera hoy un Estado de Europa
oriental, que por supuesto no tuviera rey como ferviente descendiente del
imperio soviético. Y que no obstante, el heredero de los antiguos monarcas
otorgara desde el exilio títulos nobiliarios con nombres exóticos a sus fieles y
que hubiera incluso recreado la orden del refresco inconcluso.
El reino del Maestrazgo posee
igual seriedad que una supuesta orden de san Job. Orden que dijera descender de
los caballeros jobititas de tiempos de las cruzadas. Las fiestas que hicieran
serían magníficas: Se uniformarían los asistentes de frac abigarrado de
multitud de metal en la pechera de otras órdenes similares, o de almirante de
no se sabe qué armada civil, o con una parodia del uniforme de etiqueta del
ejército y se comportarían, muy estirados, como si de una recepción en el
palacio de la corte vienesa del XIX se tratara, pero con más porcentaje de
alcohol en sangre. Por supuesto, sus ceremonias deberían realizarse en antiguos
templos que ya no lo fueran. No habría quien les diera acomodo. Demasiado
disfraz y opereta.
El Maestrazgo independiente
trasmite la misma confianza que los clubes que exigieran para su ingreso descender
de los más preclaros próceres del Antiguo Régimen. Clubes que mantendrían
hábitos que no les correspondieran porque ni la Iglesia les conferiría ya apoyo
y cuyos miembros se titularan gran chambelán, gran llavero, gran ecónomo, gran…
pretendiendo descender de los antiguos próceres pero que recordaran a los actuales cómicos con sus disfraces.
El reino del Maestrazgo es
similar también a unas imaginarias asociaciones culturales con nombres
variopintos y estrambóticos que remedaran academias de verdadero prestigio, que se
abrogaran derechos para pontificar sobre materia heráldica y nobiliaria cuando
sus integrantes demostraran un único interés: la exclusiva genealogía propia.
El reino del Maestrazgo tiene, igualmente,
la misma entidad que unos imaginarios reinos del cono sur que se permitieran
hasta crear toda una caterva de condecoraciones a cual más vistosa y
rimbombante.
Todas estas comparaciones con entidades que no existen se encierran en dos: amarás la parodia que pretende ser el reino del
Maestrazgo sobre todas las farsas y a la diversión como a ti mismo.