Estos reinos que se
llaman en conjunto España tienen a gala mantener aún en el siglo XXI la
existencia de las cuatro órdenes militares que
sirvieron a los reyes durante la reconquista del suelo patrio a la morisma.
Y es que la
inexistencia durante el periodo medieval de un ejército regular que hiciera
frente al empuje moro se alivió en esta península con la fundación de estas
órdenes, en su origen castrenses, y hoy meramente nobiliarias.
Órdenes de tan
arraigada consideración social que su superior jerárquico es, salvo mejor
noticia, el rey padre don Juan Carlos, quien habitualmente ostenta sobre los
uniformes castrenses sus veneras.
La región de La
Mancha, cuna del ínclito don Quijote,
sirvió de acomodo a las casas matrices de dos de esas órdenes: Calatrava y Santiago.
sirvió de acomodo a las casas matrices de dos de esas órdenes: Calatrava y Santiago.
Y ya finalizo. Siguiendo
a don Ramón José Maldonado y Cocat, creador de la bandera de Castilla-La
Mancha, de la que el escudo es clon, el blanco del segundo cuartel
(bastante anodino) rememora a las órdenes militares “cuyas gloriosas
milicias conquistaron, organizaron y administraron la tierra manchega y cuyos
pendones fueron siempre blancos”.