sábado, 22 de marzo de 2014

CONFERENCIA

El normal desarrollo del programa del curso de la escuela Marqués de Avilés sobre genealogía, heráldica y nobiliaria, que se imparte desde octubre hasta junio, exige que al menos una vez al mes se acuda a escuchar una conferencia. Conferencia habitualmente abierta al público que desee acudir para su recreo y solaz, toda vez que los temas escogidos abordan siempre áreas de nuestras ciencias de verdadero interés.

Para el próximo martes, día primero de abril, a las siete y media de la tarde, se ha programado una conferencia que se titulará:

El II marqués de Valdeíñigo.
 Un mecenas con raíces riojanas
Será dictada por don José Luis Sampedro Escolar, académico numerario de la Real de heráldica; vicepresidente de la Asociación de diplomados en genealogía, heráldica y nobiliaria; hombre de probada cultura y de gran amenidad en su palabra.
Si desea acudir, improbable lector, el lugar en el que se desarrollará la charla será el Centro riojano de Madrid, situado en la primera planta del número veinticinco de la calle Serrano de Madrid. El portal hace esquina con la calle Hermosilla.
La entrada será libre y gratuita. La conferencia no se alargará más allá de una hora y cuarto. Como es habitual en el centro riojano, concluida la charla se servirá un vino de Rioja.

jueves, 20 de marzo de 2014

OBRA LITERARIA

Mi primer maestro de heráldica, en las aulas del Ateneo de Madrid, allá por los años ochenta del siglo pasado, fue don Fernando del Arco García, vizconde del Arco Real, en el reino del Maestrazgo.
Don Fernando, durante años director de la escuela Marqués de Avilés y máximo dirigente de la vinculada Asociación de diplomados en genealogía, heráldica y nobiliaria, ostentó además el gran maestrazgo de la Orden genealógica y heráldica de Salazar y Castro. Orden actualmente arrinconada (que no proscrita) que, a modo de galardón, se otorgaba a quienes poseían suficiente mérito en la investigación de alguna de nuestras ciencias.
Hoy amigo además de maestro, don Fernando ha tenido la deferencia de remitirme, a través del barón de Sórvigo, un insuperable libro que ha redactado biografiando a uno de nuestros heraldistas clásicos, el autor decimonónico don Francisco Piferrer.
Aparte su amenidad y fácil lectura, la obra aporta datos necesarios para conocer pormenores de la vida del prosista del Tratado de heráldica y blasón.
Resulta especialmente significativo el apunte que don Fernando establece sobre la fecha atribuida a la muerte de Piferrer, alegando pruebas documentales que determinan que mantenía la vida con posterioridad al año habitualmente aceptado.
Me he sentido aludido en las primeras páginas del libro. Y es que don Fernando me llama la atención, con toda la razón del mundo, sobre la expresión que utilizo habitualmente para referirme a esta amalgama de ciencias que abarcan la heráldica, la genealogía y la nobiliaria. Efectivamente, suelo aludir al conjunto como ciencias heroicas
Y no, la expresión no es correcta. Me amonesta don Fernando con absoluto acierto que la única ciencia heroica es la heráldica. El resto son saberes afines. Así que desde ahora, aprovechando que tras la especialidad militar de Estadística intuyo algunos términos matemáticos, las designaré correctamente: ciencia heroica y cotangentes, o bien ciencia heroica y asintóticas, o bien ciencia heroica y tangenciales.
Termino planteando al marqués de Utrera en el reino del Maestrazgo, don Jose Luis Sampedro Escolar, actual responsable en la sombra de la Asociación 
y al conde del Real de la Mora, don Ángel Mora Blanco, secretario in pectore
la posibilidad de recrear la orden de Salazar y Castro 
como recompensa que sirviera de incentivo a las investigaciones sobre heráldica y sus disciplinas tangentes

miércoles, 19 de marzo de 2014

TEJADA

Hoy únicamente expondré unas líneas. Al hilo de las anteriores entradas, en las que explicaba que aún en pleno siglo XXI se siguen registrando armas en estos reinos, quiero recordar a su intelecto, improbable lector, que incluso el Boletín Oficial del Estado ha recogido entre sus disposiciones un registro de armas.
Me refiero al solar de Tejada, de tan antiguas resonancias, que vio en 1981 confirmadas sus armas. Exactamente se publicó una Real Carta de confirmación del derecho a usar escudo de armas.
Se trata sin duda de una disposición sin igual en los ya casi cuarenta años de democracia:


martes, 18 de marzo de 2014

EL PATRONO

La Iglesia propone al común la vida de los santos como ejemplo de entrega al prójimo dado que, como ya sabe improbable lector, no existe otra forma más perfecta de adorar a Dios.
Las festividades de los santos se celebran el día de su muerte, excepción hecha de María Santísima y de las divinas personas, esto es, de cualquiera de las que conforman la Trinidad.
Hoy, día dieciocho de marzo, se celebra el nacimiento al cielo del que será en el futuro el patrono de los heraldistas, monseñor Bruno Heim.
Encomiende al venerable Bruno sus avatares relacionados con la heráldica, improbable lector, para conseguir que la Iglesia reconozca su santidad y alcancemos a ver un heraldista en los altares.

lunes, 17 de marzo de 2014

ESCUDOS CORTADOS

Remite recado electrónico don Álvaro Zapata Monllor, conde las Reales Granadas, en el reino del Maestrazgo, para exponer una curiosidad relativa a escudos cortados en una iglesia parroquial cordobesa.
Amigo José Juan,

No puedo dejar de compartir con Vd. las imágenes que le adjunto, de la parroquial de San Lorenzo, de Córdoba (España). Esta iglesia fue mandada erigir sobre una mezquita preexistente por orden del Rey Santo tras la reconquista de la ciudad en 1236. Reformada ampliamente en los siglos XVI y XVIII, del que estimo pertenecen las pinturas de los medios escudos que le envío. Las de los frescos del ábside son anteriores, del siglo XIV.
El hecho de que se hallen cortados, y no en el sentido heráldico del término, se debe a que previo al artesonado de madera existió una bóveda de piedra, derruida en la reforma del siglo XVI y sustituida por un artesonado que los ocultó. Elevado el artesonado posteriormente para poner en valor el pequeño rosetón que vemos sobre ellos, fueron redescubiertos y restaurados hasta donde fue posible. La mitad, como ve.
De los escudos en sí, nada sé más allá de lo que vemos. A la izquierda un escudo episcopal (cinco borlas en cada lado), partido, primero de plata tres fajas visibles jaqueladas de gules y oro, segundo, de azur, media luna de oro, visible solo una. Desconozco a qué prelado pueden pertenecer.
El segundo escudo, a la derecha, de gules parrilla de plata; bordura de oro con siete lenguas de fuego de gules visibles, es una referencia clara al santo patrón del templo, San Lorenzo. Quizás una representación de las armas del propio santo, de la Parroquia, o de alguna familia o persona que ostentara el apellido Lorenzo y fuera protectora del templo. La falta de timbre no aclara mucho, más allá de saber que no es un escudo de eclesiástico, por falta las borlas del capelo como en el de la izquierda.

domingo, 16 de marzo de 2014

REGISTRO

 
No acredita nobleza la posesión de armas en estos reinos que hoy son España. Por el contrario, ha sido costumbre inmemorial que los súbditos del rey, sin reparar en su calidad nobiliaria, posean sus propias armerías que los signifiquen.
Además de vía de identificación individual, un blasón debidamente registrado sirve en España, conforme a costumbre inmemorial, para establecer la pertenencia a una familia, a un linaje, es decir al conjunto de los descendientes de quien eligió aquellas armas.
Proponía ayer mismo, improbable lector, que si se había decidido a escoger armas nuevas que lo representen, que lo signifiquen, (sin duda una de las más sabias decisiones que adoptará a lo largo de su vida), debería optar por formalizarlas ante un registro: el que custodia el marqués de la Floresta, que en su calidad de cronista de armas de Castilla y León ostenta la facultad pública para extender certificaciones heráldicas.
Es verdad que quienes hasta recientes fechas fueron reyes de armas no concedieron difusión a sus registros y archivos. Pero, dado el avance tecnológico en comunicación informática, hoy me permitiré lanzar una sugerencia: quizá debería el marqués de la Floresta promover la publicación, en alguna página institucional del gobierno de Castilla y León dado su carácter público, de su registro de adopción de armerías.