viernes, 19 de septiembre de 2014

EJEMPLAR

El, al menos hasta ayer, Reino Unido de la Gran Bretaña, quizá a partir de hoy Inglaterra a secas, (como lo conoce todo el mundo a fin de cuentas), mantiene una sabia devoción en torno a la figura de su monarca. Quien sea. El soberano que reine en Buckingham.
No en vano explicaba Shaw con bastante ingenio que no imaginaba qué reyes permanecerían en sus tronos al comenzar el año dos mil. Pero que sí que conocía cuántos existirían en el año tres mil. Serían cinco: los cuatro de la baraja y el rey de Inglaterra.
Hoy, como si fuera sábado, expongo una imagen que denota el apego del pueblo inglés hacia la monarquía:
Como habrá observado improbable lector, el mástil, del que pende la bandera que representa a toda la nación, aparece timbrado, por encima de la propia enseña nacional, con la corona que significa al soberano.
Ejemplar conducta.