He obtenido hace escasos meses la especialidad en estadística militar así que, al menos según reza el título académico, sé de lo que hablo. Además mi prima, María de las Nieves Carrión Muñiz, baronesa de Reales Mateméticas, en el reino del Maestrazgo, me lo explicó con detalle: los datos objetivos no mienten, la estadística sí.
Los datos no mienten y lo que hoy pretendo exponerle brevemente, improbable lector, son cifras. Frías y contundentes cifras.
Agradezco de veras la atención y la sonrisa que me ha provocado un cálculo tan optimista. El contador que dispuse sobre aquel tedioso blog de heráldica sí que llegó a revelar que se acercaban diariamente unas mil personas a envenenarse con aquellas diatribas.
Pero las actuales crónicas heráldicas no alcanzan aquellas sumas. Ni mucho menos. No pasan de treinta los lectores absolutos de las entradas que se van sucediendo. Así lo establece una pestaña, a la que únicamente tiene acceso el redactor del blog, que desvela el número absoluto de visitas a cada uno de los textos. Son datos, no estadísticas.
La conclusión que extraigo y con la que termino hoy de aburrirle, improbable lector, es que esta columna no es más que una breve reunión de amigos que se dan cita alrededor de unos párrafos relativos a la heráldica y a sus ciencias tangentes. Y está bien que sea así: un breve concilio de aficionados.
Se añaden los datos a los que hacía mención. Los números que aparecen tras el título de cada una de las últimas entradas fijan el número de visitas recibidas:
Se añaden los datos a los que hacía mención. Los números que aparecen tras el título de cada una de las últimas entradas fijan el número de visitas recibidas: