Debe de ser que hoy me he levantado polémico.
Al pasar sus majestades los reyes magos de oriente por casa de don Xavier Garcia, en el principado de Cataluña, dejaron un libro para el tedioso redactor a quien tiene la deferencia de estar leyendo, improbable lector. Cumpliendo con tan egregio encargo, Xavi ha tenido la deferencia de remitirlo a mi domicilio recurriendo al correo postal.
Al pasar sus majestades los reyes magos de oriente por casa de don Xavier Garcia, en el principado de Cataluña, dejaron un libro para el tedioso redactor a quien tiene la deferencia de estar leyendo, improbable lector. Cumpliendo con tan egregio encargo, Xavi ha tenido la deferencia de remitirlo a mi domicilio recurriendo al correo postal.
Viene a ser como el Elenco de grandezas y títulos
del reino que edita Hidalguía pero con la genial añadidura, especialmente
gozosa para los heraldistas, de las armas de cada uno de esos títulos catalanes
mostrando todos sus esmaltes.
Efectivamente, improbable lector, el texto está
redactado en esa lengua española que denominamos catalán. Sí, no es que me haya
equivocado al redactar, he querido expresar eso: que la lengua catalana es tan
española como el vascuence, el gallego o el castellano.
¿Nunca se ha parado a reflexionar sobre el asunto,
improbable lector? Fuera de España la lengua en la que está leyendo se denomina
español, sí. Pero dentro de las fronteras de estos reinos no es aceptable esa
expresión siendo preferida la voz castellano dado que tan español es el catalán
como el propio castellano.
Los habitantes de las llamadas por la Constitución de
1978 regiones históricas dominan al menos dos de las lenguas que enriquecen
nuestra cultura común. Sin embargo, los pobladores de las tierras que carecen
de segunda lengua no hacemos habitualmente el menor esfuerzo por conocer
siquiera someramente, los rudimentos más primigenios de esas otras vías de
comunicación españolas. ¿A qué entonces la extrañeza, improbable lector?
Efectivamente, el Repertori dels títols está compuesto en catalán, sí. Y resulta perfectamente
comprensible, a poco esfuerzo que se emplee, para quien tan solo sea castellanoparlante.
El autor principal del texto, que no se me olvide, es el motivadamente afamado heraldista catalán don Armand de Fluvià y Escorsa, cronista de armas municipales del gobierno local de aquella región histórica.
El autor principal del texto, que no se me olvide, es el motivadamente afamado heraldista catalán don Armand de Fluvià y Escorsa, cronista de armas municipales del gobierno local de aquella región histórica.
En cualquiera de
las librerías especializadas a las que tan habituado está a acudir en busca de
novedades heráldicas podrá adquirirlo, improbable lector.